El libro blanco de los inventores emprendedores creativos

Inventor. Estamos escribiendo un libro para ti.

Un libro que resume un método transparente, basado  en los principales aciertos y errores que cometen los inventores de nuestra gran familia.

Lean Prototyping. El libro blanco de los inventores.

Presentación

Lean Prototyping es un método creado a partir de los tropiezos, aciertos, desengaños, frustraciones y por supuesto, del éxito de inventores y emprendedores, a los que hemos tenido oportunidad de acompañar durante los últimos 12 años. 

¡Sí! También hay algo de nuestra huella profesional como emprendedores, profesores e inversores privados en más de una veintena de empresas tecnológicas. Pero eso es lo menos relevante.

Sabemos lo que vale tu tiempo y lo intensivo que es el ciclo de puesta en marcha de un proyecto. Por tanto, lejos de contar nuestras vidas, pretendemos, en pocas páginas y a través de un par de ejemplos, llevar a tus manos el primer “Paso a Paso” para convertir cualquier idea en un producto y cualquier producto, en el ingrediente clave para el desarrollo de un negocio.

Si esperas un manual lleno de tecnicismos  y conceptos rebuscados, cierra el libro. No pierdas un minuto más. 

Por el contrario, si de verdad tienes intención de lanzar un nuevo producto, devorarlo hasta el final y descubrir dónde falla el 80% de los inventores. 

Ideas tenemos todos, especialmente en los bares y mientras nos duchamos. No entraremos a juzgar si en la mayoría de los casos son buenas o malas. Hay una realidad irrefutable, tener una buena idea no garantiza el éxito.

La improbable casualidad del pelotazo y la desinformación, convierten a los inventores en presas fáciles del desengaño y pérdida de la ilusión. 

el libro blanco de los inventores

Lean Prototyping pretende derrumbar los mitos que provocan el fracaso a la mayoría de inventores que llegan a patentar un producto. 

Trabajar mano a mano con empresas punteras de diferentes industrias, nos ha permitido identificar denominadores comunes del proceso de transformación de la idea en producto. Lean Prototyping no es una manifestación escrita de lo que imaginan sus autores. Lean Prototyping es un resumen estructurado sobre los pasos que han seguido y nos han enseñado los clientes que han sufrido fracasos y también los que han llegado al éxito. 

Iván Bedia García  y Erick Remedios Muiños

PRÓXIMAMENTE (EN EL HORNO)
  • Capítulo IV. De las huellas al invento. El estudio de antecedentes.
  • Capítulo V. El estudio técnico. Aproximación a la realidad.
  • Capítulo VI. Prototipos. De la teoría a la realidad.
  • Capítulo VII. Patenta tu invento. Sin trucos.
  • Capítulo VIII. Artesanía de modelos de negocio para inventores.
  • Capítulo IX. Fabricando en serie. Del prototipo a la industria
  • Capítulo X: Crear para vender.

CONTENIDO DEL LIBRO BLANCO DE LOS INVENTORES:

Capítulo I : ¿Qué tipo de inventor eres?

Durante la última década hemos hecho un listado de las frases más comunes de los emprendedores e inventores con los que hemos trabajado mano a mano. Ya sabes que nos comprometimos a optimizar tu tiempo, así que compartiremos solo la más popular:

“…lo mío es la idea, quiero una pequeña parte del pastel y que el negocio lo explote otro…”

Imagina cuán demoledor es escuchar que emprendedores e inventores motivados, con ideas o posibles oportunidades de negocio que realmente podrían mejorar el mundo, tengan tan poca disposición, deseos y empuje para llevar adelante sus iniciativas. 

Esta demoledora actitud pone de manifiesto una gran realidad: La mayoría de los inventores confía ciegamente en que su idea es tan, tan, pero tan buena, que no hace falta nada más. Como si de un milagro divino se tratara. 

Este comportamiento solo denota un gran desconocimiento y hasta un toque de ingenuidad que automáticamente les convierte en presas de un océano rojo. Un océano rojo desprovisto de ética y con armas tan mortales como alimentar el ego del inventor para llevarle a atajos que condenan sus ideas al fracaso.

Los pensamientos compartidos, falsas hipótesis y comportamientos de los más de 500 inventores con los que tratamos cada año, nos ha permitido llegar a un grupo de clasificaciones que, lejos de pretender generar estereotipos, pretende que te identifiques con uno o varios perfiles y puedas reaccionar a tiempo. 

Tipos de inventores más frecuentes

Inventor Pelotazo

No tiene ningún interés en emprender. Confía en el milagro divino de haber tenido una gran idea. Su única preocupación es que no le copien la idea. Esta creencia le hace acometer inversiones en cuanto instrumento de protección legal le vendan. Su objetivo es, con la mínima inversión posible, sentirse el dueño “todopoderoso” de la gran idea. 

Como punto muy positivo, acumulan altísimas dosis de seguridad y confianza en la idea. La ilusión es el principal combustible, mientras que, afortunadamente, la familia y amigos más cercanos suelen representar el principal freno de estos inventores.

Lamentablemente, el inventor pelotazo suele avanzar muy poco en el proceso de desarrollo de sus productos. Al descubrir que es imprescindible su implicación, acometer inversiones, demostrar que su producto ideal funciona y que soluciona un problema real en el mercado, pierde  la ilusión y suele abandonar el proceso. 

Es muy frecuente que la decisión de abandono se tome con algunos miles de dólares menos en la cuenta corriente, las inversiones en patentes y otros métodos de protección totalmente innecesarios en esta etapa, suelen convertirse en los únicos objetivos cumplidos.  

El Inventor Pelotazo puede dedicar meses, incluso años, a la promoción de sus patentes, llegan a invertir en algún vídeo demostrativo y señalan la inaccesibilidad de las grandes empresas como la única causa del fracaso de su camino. El desgaste de la energía, de la ilusión y/o la aparición de algún producto sustitutivo, suelen ser los detonantes del abandono. 

Inventor Metralleta

La gran frecuencia con la que surgen las ideas, es el denominador o característica principal de este tipo de inventores. En la primera conversación, suele aclarar que tiene más de una decena de proyectos, pero prefiere comentar uno solo por ser productivo en la explicación y respetuoso con el tiempo ajeno. se agradece. La realidad es bien distinta, termina detallando cada una de sus ideas, explore el contexto de uso y demuestra en todo momento sus habilidades como inventor.

El objetivo del Inventor Metralleta es captar los recursos necesarios para proteger, mientras más iniciativas, mejor. Como rasgo común con el Inventor Pelotazo, suele rechazar cualquier propuesta que represente un avance real en el proceso de transformación de la idea en un producto, incluso, llega a temer por la viabilidad técnica de sus iniciativas. Le aterra pensar que alguna de sus iniciativas sea físicamente imposible o bien que otras personas puedan tener ideas y/o propuestas similares en el mercado. 

El objetivo estratégico del Inventor Metralleta es que un gran player del mercado, distribuidor, líder de la industria, marca comercial o multinacional, llegue a pagar mucho dinero por la explotación de una o varias de las iniciativas protegidas. Para conseguirlo, llega a pagar servicios a pequeñas consultoras o profesionales independientes, de los que espera una aproximación que cambie el rumbo de su carrera profesional. 

La excesiva confianza en la casualidad y la obsesión por la protección de productos, en ocasiones inviables técnicamente, suelen ser las principales causas de fracaso de este perfil en el desarrollo de sus proyectos. 

El inventor metralleta, está cargado de ilusión y energía, la que muchas veces falta a otros inventores y emprendedores. En cambio, todo lo que se aleje de redactar y presentar una patente, no entra en sus planes. Da la espalda a procesos de diseño de productos, estudios de viabilidad técnica, estudios económicos sobre el potencial del producto en el mercado y sobre acceder  a cualquier dato que amenace la consistencia de la “gran idea”.

La dispersión de recursos en demasiados proyectos, la falta de visión sobre los pasos necesarios para lanzar el producto al mercado, los escasos conocimientos sobre cómo funciona un gran distribuidor o socio estratégico en el mercado y en general, la falta de estrategia, dinamita la carrera profesional de estos profesionales. 

Inventor Dependiente

Son perfiles con  muy buen desempeño en el ámbito profesional. Suelen trabajar por cuenta ajena, con muy buenos resultados. Es habitual que ocupen cargos directivos en departamentos no relacionados con la ingeniería o áreas técnicas. Se trata de perfiles con altísima capacidad de análisis de los principales riesgos que supone llevar un nuevo producto al mercado, normalmente no lo han hecho nunca, pero suelen dedicar mucho tiempo al estudio. 

Una vez que tienen claros los pasos para convertir una idea o iniciativa en un producto comercializable, realizan un análisis muy profundo de los riesgos, en tal medida que opacan casi al 100% las oportunidades reales de negocio.

El Inventor Dependiente dedica mucho tiempo a la investigación, definición de posibles estrategias, invierte en libros de autoayuda, planificación de negocios, liderazgo y cuanto tema considere relevante para llevar su negocio al éxito. El estudio y análisis de la situación, suele desembocar en extensos documentos descriptivos, planes de negocios, y otros materiales útiles para intentar mitigar los posibles riesgos. 

Las iniciativas de estos perfiles profesionales, suelen ser muy cercanas a las industrias donde desempeñan sus trabajos. Suele tratarse de posibles soluciones óptimas para mejorar procesos en las empresas donde trabajan, en algunos casos, suelen ser propuestas de productos sustitutivos a los que promueven sus empresas. Casi siempre son propuestas con altísimas posibilidades de éxito. 

Jamás llegan al nivel de ilusión que llegan a alcanzar los Inventores Pelotazos y Metralleta. La soledad en el proceso suele ser un arma de doble filo que llega a provocar el abandono del proyecto en etapas muy tempranas. Antes de dar el primer paso en el ciclo de conversión de la idea en producto, suelen acudir a socios, aliados, amigos o familiares en busca de aceptación y sobre todo, de compañía en el proceso. Esto provoca que uno de los principales errores comunes suele ser el regalo de participaciones, acciones o bien derechos de explotación del invento, incluso antes de que llegue a materializarse.

Desprenderse de sus puestos laborales, la presión familiar y en muchos casos, la pérdida de estatus social, suele ser el principal  freno a la hora de llevar a cabo el proyecto.

Inventor Anónimo

El Inventor Anónimo, a diferencia del resto de perfiles, tiene muy poca ilusión, le falta confianza en su iniciativa y por buena que sea su idea, no alberga mucha esperanza en el posible éxito que podría alcanzar. Considera que todo está inventado, que modificar algo existente no es muy relevante y que seguramente, habrá cientos de personas con ideas similares. 

Aunque no viene mal un poco de escepticismo con las iniciativas, sobre todo para hacer un análisis objetivo, el Inventor Anónimo se aleja de cualquier relación emocional con su iniciativa, por tanto, es muy habitual que exponga los detalles de su futura idea antes de tiempo, los publique o bien la abandone en un cajón. 

Las iniciativas del Inventor Anónimo suelen ser excelentes. Al identificar este tipo de perfiles, ayudamos al inventor a identificar argumentos para que comience a creer en su propia idea. En casos donde no se consigue ese compromiso y se despierta ilusión por parte del inventor, lo más recomendable es abandonar el proyecto. 

A diferencia de otros perfiles de inventores, el Inventor Anónimo consigue el compromiso e implicación de su entorno fácilmente. 

Inventor Estratega

El Inventor Estratega, como su propio nombre indica, dedica el tiempo justo al diseño de estrategias y listado de objetivos necesarios para convertir una idea en un producto y, posteriormente, mejorar el producto hasta convertirlo en el ingrediente fundamental de un buen negocio. 

En la etapa inicial, este tipo de inventores analiza el mercado al que se dirige, sin desvelar el invento, observa con visión analítica, es capaz de recaudar datos y ¡¡saca sus propias conclusiones. En las primeras misiones que enfrenta, tales como, analizar los antecedentes de la técnica en registros de patentes anteriores, es capaz de completar el ciclo por cuenta propia, en cambio, aunque lo hace y dedica decenas de horas, contrata a profesionales que garanticen no cometer fallos en etapas críticas.

El Inventor Estratega se preocupa por los pasos avanzados del proyecto, concretamente, pone el foco en el proceso de industrialización del producto. Aún así, comprende la importancia de los ciclos de innovación y no se opone a la evolución de su iniciativa. Motiva a sus proveedores y colaboradores a aportar en su iniciativa mientras va documentando elementos clave para una futura patente. 

Aunque tiene claro que es fundamental demostrar cuanto antes la viabilidad técnica y de negocio de sus iniciativas, en ocasiones falla en el orden del ciclo natural de conversión idea – producto, aun así, tiene capacidad para sacar ventajas de sus propios fallos. 

El Inventor Estratega suele tener capacidad de financiación propia o ajena, es capaz de asumir riesgos una vez llegado al punto de control de la situación, o sea cuando considera que tiene información suficiente. 

Lo cierto es que no existen perfiles de inventores buenos o malos, cada uno de los perfiles descritos acumulan características y habilidades que son fundamentales en el proceso de puesta en marcha de un nuevo producto. 

Es imposible llegar a obtener buenos resultados sin mantener altísima dosis de ilusión y confianza en el proyecto. Los retos a superar son tan intensivos en energía y frustración, que solo puede conseguirse la continuidad, con el empuje del Inventor Pelotazo y el Metralleta. 

El Inventor Dependiente, destaca precisamente por la capacidad de observar, analizar y documentar el proceso.  Por su parte, el Inventor Estratega aporta un equilibrio muy importante entre la capacidad de hacer y optimizar el proceso, apoyándose en los que ya han pasado por el ciclo en innumerables ocasiones. Del Estratega, debemos destacar la capacidad de aceptar que se cometen errores. Pero, sobre todo, la capacidad de aprender de estos fallos naturales del propio proceso. 

Transforma y educa al inventor que llevas dentro.

Juan tiene 68 años, tuvimos la oportunidad de conocerle con esa edad. Lo cierto es que nos hubiera encantado coincidir con él antes. Desde los 24 años, sin demasiados estudios, puso en marcha su primera y única empresa. Así como lo lees, una empresa de casi medio siglo de vida que ha atravesado todo tipo de “tempestades”. 

Después de varios años como trabajador por cuenta ajena en una empresa española de jardinería, comenzó a cuestionar las herramientas y máquinas que formaban parte de su día a día. Le quitaba el sueño pensar en mejoras que podría aplicar a algunas de estas herramientas. 

La inquietud le alejaba de los jardines. 

No logró convencer en aquella época ni a sus jefes ni a sus colegas. Mientras todos estaban preocupados por perfeccionar su trabajo con las herramientas disponibles, Juan soñaba y dedicaba horas a dibujar herramientas transformadas, novedosas y bastante revolucionarias para la época. 

Por si fuera poco, la familia y amigos cercanos, lejos de verle como un visionario, juzgaban sus horas de creación, apostaron entre poco y nada por ayudarle a materializar algunos de sus productos y por supuesto, le dejaban saber que ante la maquinaria alemana y los grandes de la industria, tendría muy pocas oportunidades.

Cinco años fueron suficientes para que construyera un catálogo de herramientas y máquinas transformadas en forma de boceto. Pasado ese tiempo podía mostrar la mayoría de sus creaciones sobre el papel y había conseguido formalizar algunas patentes. La ilusión por sentirse inventor, valorar la genialidad de sus ideas y la adrenalina provocada por sus títulos de patentes, le hacían creer que había conquistado parte del éxito. Eso sí, sin un dólar en el bolsillo. 

Tras decenas de intentos y con un amplísimo conocimiento del sector, conquistó, con uno de sus inventos, a una prestigiosa fábrica de herramientas alemanas. Lo cierto es que en este caso, la idea presentada no respondía exactamente a ninguna de las patentes. 

Tuvo mucha suerte, la propia fábrica recomendó a Juan la protección del producto con una nueva patente. Es cierto que Juan soñaba con que la fábrica interesada, pagara lo suficiente como para dedicarse a desarrollar ideas felices, hasta que descubrió que aún quedaba un proceso muy intenso para que estas herramientas, llegaran a los jardines que arregló en el pasado.

El acuerdo le permitía, sin captar inversión  ni continuar apostando con sus ahorros propios, tener un Nº de máquinas fabricadas para llevarlas al mercado. Durante más de una década, Juan no ganó dinero por su gran invento, sino por la capacidad que tenía de vender el producto que él mismo había inventado. 

La capacidad de aprender de los errores es clave para construir un camino exitoso. 

Juan tuvo que vender muchas de sus propias máquinas para comprender el proceso óptimo desde la idea hasta la materialización del producto. Hoy, Juan está jubilado, dedica muy poco a su antigua actividad empresarial, pero sigue inventando. Dejó a sus hijos las riendas de una empresa española que factura varios millones de euros. Juan llevó sus propios productos a toda Europa y gran parte de Estados Unidos, sus máquinas son distribuidas por más de 120 empresas locales y está entre las 30 empresas del mundo más relevantes en su sector.

Entre risas y con la expresión más humilde de su rostro, en un café de Madrid, Juan me pide que le ayude a llevar a sus principales conclusiones a la mayor cantidad de inventores que como él, viven en una auténtica montaña rusa de emociones mientras intentan lanzar sus productos al mercado. 

De Juan, para todos los inventores con acceso al “Libro Blanco de los Inventores”

El contacto con la tierra es la mejor forma de llegar a inventos con sentido. En muchas ocasiones pensamos que nuestros clientes tienen problemas que no son tan graves como imaginamos. En los 40 años como empresario a la vez que inventor, no acumulé jamás tantos errores como cuando decidí alejarme de los jardines. 

En los jardines, en mi propia experiencia y en la de los operarios que usaban las herramientas día a día, estaba el escenario perfecto para encontrar oportunidades de mejora y a la vez nuevos productos. Los inventores tienen que estar siempre cerca del problema, de los clientes que lo padecen, escuchar y observar cómo reaccionan, eso es clave para inventar sin perder la cabeza. 

Asegura Juan sin perder la humildad de su rostro y una paciencia de monje. 

Sobre el apoyo. Eso es muy jorobado. Asegura Juan. 

Es muy fácil para grandes marcas, para la industria, para la familia, para los amigos, para los inversores y hasta para los clientes, llegar cuando todo está hecho. 

El inventor es el único responsable de conseguir los primeros resultados y demostrar que tiene una oportunidad en sus manos. Hasta que no ven un producto funcionando, todo es un juego. Puede ser un juego caro, pero así se ve.

Con 20 años creía que todo era posible y fácil. Unas canas después, me demostraron que  trabajando duro se llega a cumplir lo que parecía imposible, pero fácil… todo lo parece hasta que hay que hacerlo. 

Es tan complicado convertir una idea o invento en un producto que se pueda comprar en un almacén o estantería, que es casi imposible pensar en muchos a la vez, por eso recomiendo que se trabaje duro, pero en una sola dirección. Solo pude convertir en realidad un catálogo de productos, tras 40 años de trabajo duro. Ya ves, esas son las conclusiones. 

Juan es o debería ser un ejemplo de evolución profesional en la carrera de los inventores. Su principal combustible, 40 años antes de conseguir lo que él mismo llama éxito, se alimentaba de una ilusión incalculable e infinitos deseos de llevar sus propios productos al mercado. El propio Juan, nos regaló el término de Inventor Metralleta, como él mismo se autodenomina 4 décadas después. 

Capítulo II : Introducción al Lean Prototyping.

El compromiso con inventores como Juan, más lo que aprendemos todos los días trabajando mano a mano con departamentos de innovación líderes en la industria, así como de las desgarrantes historias de inventores que lo pierden todo en el camino, incluida la ilusión, nos ha obligado a recopilar los denominadores comunes de casos de éxitos y por qué no, también de  fracasos estrepitosos que forman parte de nuestra huella profesional  

Lean Prototyping es un método transparente para personas que comparten, como objetivo común, convertir ideas de productos con altas posibilidades de éxito. Lean Prototyping es el producto resultante de la experiencia de 12 años trabajando con emprendedores, inventores y directores de innovación de empresas multinacionales. Nace a partir de las dudas más comunes, los errores más frecuentes y los fracasos y éxitos más contundentes que hemos presenciado. 

El método persigue 4 objetivos fundamentales:  

  1. Comprender, paso a paso, el proceso de transformación de las ideas en productos con altísimas posibilidades de éxito en el mercado.
  2. Ahorrar dinero en el proceso de conversión de la idea en producto.
  3. Comprender las causas comunes que llevan al fracaso a la mayoría de los inventores en el mundo. 
  4. Construir productos viables con altas posibilidades de éxito en el mercado.

El proceso de transformación de una idea en un producto comercial con oportunidad de éxito en el mercado, está determinado por un grupo de pasos que, en caso de no conocerse, o alterarse el orden, puede tener consecuencias nefastas para el futuro del proyecto.

Es tan relevante el conocimiento del proceso, así como el orden de sus pasos, que  más del 80% de los inventores que fracasan, no llegan a frustrarse por la calidad de sus ideas, fracasa porque derrochan tiempo, energía y dinero en procesos sin sentido, que le alejan de los hitos que permiten el paso a siguientes niveles.

Paso Nº1 – De la idea al concepto y del concepto a la idea.

El primer paso de cualquier proceso creativo es analizar la información que nos hace pensar que existe un problema por resolver. Nada consigues con una idea genial que al mercado no le interesa. Si hasta ahora pensabas que la novedad de tu producto era la clave del éxito. No es suficiente.

Precisamente, el ciclo “De la idea al concepto y del concepto a la idea” pretende llevar a tus manos la estructura de un ejercicio de reflexión, que, seguramente, te hará llegar a nuevas conclusiones. A través de ejercicios prácticos pretendemos ayudarte a reflexionar sobre preguntas que, hasta el momento quizás no te hayas hecho. 

Todos tenemos ideas: en la ducha, en el bar y donde más paz encontremos, por no entrar en detalles. Pero. ¿Cuántas de esas ideas, estamos realmente dispuestos a lanzar? La escasez de tiempo, de recursos, las múltiples ocupaciones familiares y cualquier excusa es válida para dejar las ideas aparcadas. Muchas iniciativas con altísimas posibilidades de éxito se quedan en el cajón y esto es una realidad que seguramente compartes.

La magia no existe, no podemos garantizar el éxito de tu proyecto. Pero lo cierto es que, si sigues los pasos de Lean Prototyping, sin hacerte trampas al solitario, tus posibilidades serán muy superiores a las de la media. En este primer paso, podrás someter a pruebas todas tus iniciativas y comparar las posibilidades de éxito previsibles de cada una.  

Como conclusión anticipada, los ejercicios que te propondremos en el ciclo “De la Idea al concepto y del Concepto a la Idea” te permitirán identificar conexiones entre tu producto y el problema que pretendes resolver en tu público objetivo. Analizarás el producto desde diferentes puntos de vista y probablemente llegues a nuevas conclusiones sobre requisitos funcionales muy necesarios a incluir en el producto. Por supuesto, también es probable que funcionalidades que hasta este momento considerabas fundamentales, pasen a un segundo plano y se conviertan en mejoras futuras o elementos estéticos de tu producto ideal.

Paso Nº2 – Antecedentes del invento

De forma natural, es muy probable que la motivación clave para que estés leyendo este libro, sea una idea sobre un producto que no existe o bien no has encontrado en tus primeras búsquedas en Internet. 

Amazon, Ebay, Alibaba son algunas de las fuentes de búsqueda más consultadas por los inventores con los que hemos tenido oportunidad de colaborar. Es cierto que un producto que no se encuentre en estas fuentes, es muy probable que no se encuentre disponible para la venta, pero debes tener mucho cuidado, es habitual que existan patentes o registros de la propiedad intelectual donde se haga referencia a iniciativas similares.

Existen fuentes menos populares, pero muy efectivas para realizar este tipo de búsquedas. A través de las fuentes y métodos que facilitaremos en el capítulo dedicado a las búsquedas de antecedentes, podrás comprender, mediante ejemplos, cómo realizar búsquedas efectivas sobre los posibles antecedentes que guarden similitud con tu idea o producto. Lo normal es que en este tipo de búsqueda si aparezcan algunos antecedentes. 

Este descubrimiento suele ser un baño de agua muy fría para el inventor, pero, según nuestra experiencia, lejos de ser un problema u obstáculo para el lanzamiento de tu nuevo producto, identificar y estudiar estos antecedentes, representa una guía clara que: por una parte demuestra que existe un gran problema por resolver en el mercado a la vez que podrás aprovechar esa información para dirigir tus esfuerzos de innovación en mejorar estas iniciativas protegidas. Casi siempre hay formas de mejorarla y proteger nuevas iniciativas bajo tu propiedad.  

Para complementar la carga de innovación y fortalecer el carácter diferenciador de tu producto, en el capítulo “¿Mi idea ya existe?” aprenderás a utilizar tres métodos de búsqueda de antecedentes y patentes de tu invento. El primer método hace énfasis en la localización de inventos patentados mediante búsquedas por códigos democratizados en el mercado de las patentes internacionales. 

Así como lo lees. Según el sector o industria donde tiene cabida tu invento y las características tecnológicas de tu producto, podrás identificar códigos establecidos que facilitarán la búsqueda de antecedentes en los registros de patentes internacionales.

Como complemento, podrás realizar búsquedas a través de competidores que se hayan posicionado como líderes en la industria, normalmente el nombre de estas compañías acumulan registros que probablemente hagan referencia a inventos similares. 

El tercer método, aunque es un poco más impreciso o amplio, suele ofrecer muy buenos resultados, se trata de una lógica de búsqueda semántica. A través de la definición de palabras clave que hagan referencia a tu idea, podrás localizar invenciones con características que de alguna manera, representan un antecedente tecnológico de tu invento. 

Como ya te hemos contado antes, realizar una búsqueda pausada, combinando los tres métodos más populares, te permitirán estructurar una comparación que, sin duda alguna, lejos de arrojar miedos por la existencia de patentes similares, se convertirá en una guía esencial para el desarrollo de tu producto y redacción de tu patente.

Paso Nº3 – Estudio técnico. Inventar el invento.

El estudio técnico persigue como objetivo fundamental, encontrar y desarrollar soluciones que permitan acreditar la viabilidad técnica de tu invento. Aunque muchos inventores se lanzan a la aventura a través de prototipos caseros y experimentos rústicos nada despreciables, lo cierto es que el estudio técnico va más allá. 

En Lean Prototyping, leerás muchas veces la frase: “equilibrio entre la viabilidad técnica y la viabilidad económica”. Pues bien, es imposible conseguir un producto exitoso sin que exista tal equilibrio. 

En clara persecución del mismo, el estudio técnico se desglosa en dos grandes etapas, la experimentación y la exploración. 

En la fase de experimentación, determina los principales retos técnicos y se elige al equipo humano óptimo para enfrentarlos. Mediante estudios teóricos y experimentos prácticos, se deberá concluir la viabilidad técnica del producto, además de documentar todas las alternativas y ventajas de la opción elegida frente a otras estudiadas.

Por el contrario, la fase de exploración  es un soporte de la anterior, permite orientar el foco en evitar errores como la “sobre ingeniería” o el “matrimonio temprano”. 

La sobre ingeniería es un pecado capital en el ciclo de desarrollo de un producto. El término: “sobre ingeniería”, hace referencia al desarrollo técnico de soluciones que aportan poco valor, o bien, que ya cuenta con  soluciones democratizadas. 

Seguramente has escuchado la frase popular “inventar la rueda”. Pues eso. la sobre ingeniería, es un fenómeno más común de lo que pensamos, atenta contra la viabilidad de los productos y condena al fracaso a los prototipos en etapas muy tempranas.

Con el término “matrimonio temprano”, nos referimos a la generación de dependencia con proveedores, en una etapa inicial. 

Si nuestro producto incluirá una pantalla táctil, a la hora de elegir el componente, es importante valorar las alternativas comerciales del componente. Por ejemplo, hay algunas que son mucho más fáciles de programar y por tanto, nos llevarían al prototipo de forma más ligera y barata. En cambio, en el estudio técnico, tenemos la obligación de alertar de los riesgos que puede suponer el nivel de dependencia que se está generando, impacto económico y sobre todo, magnitud de los riesgos.  

En el 95% de los casos, los inventores aportan ideas sobre posibles productos que podrían tener utilidad. Estas ideas son esbozos muy amplios sobre los productos a desarrollar. La etapa de estudio técnico, nos permite poner los pies en la tierra, documentar la posible viabilidad técnica y además, define cómo lo haremos en el futuro.

Paso Nº4 – Diseño y fabricación del prototipo

Asombrosamente, la mayoría de inventores que llegan a nuestro laboratorio, confían, erróneamente, en la patente del producto como primer paso del ciclo.

Apelemos al sentido común.

¿Crees que tu idea de producto, no sufrirá cambios en el proceso de desarrollo? 

Los pasos anteriores incorporarán una nueva visión técnica a tu idea. A nivel técnico es muy probable que se tomen decisiones que dan la espalda a la idea inicial. Por tanto, estos cambios, no estarán protegidos y estarás dando rienda suelta a otros inventores que se apoyarán en estos fallos para proteger sus nuevas versiones. 

No son pocos los inventores que, después de tener una patente, tienen que invertir más dinero en nuevos registros o conformarse con lanzar al mercado, productos que se patentan a medias. Facilitando el trabajo de innovación a empresas que, siguiendo los pasos adecuados, conseguirán esquivar la protección tan deseada.

Entre los grandes miedos de los inventores, destaca el temor a que la idea sea copiada antes de llegar al mercado. La desconfianza del inventor hacia los profesionales que intervienen en el camino, es enorme y natural. 

Existen herramientas legales útiles para generar entornos legales seguros. La firma de un acuerdo de confidencialidad (NDA) es una de las más frecuentes. Es importante tener muy en cuenta, que en estos acuerdos, se especifique cuál es realmente la información compartida y los períodos del compromiso. 

Tomar atajos o intentar recorrer caminos más económicos en el proceso de lanzamiento de un producto, puede representar riesgos muy importantes. 

Una vez más, te invitamos a apelar al sentido común. 

Para nadie es secreto que las fábricas invierten cientos de miles de dólares para crear estructuras y obtener máquinas que permitan la fabricación en serie de los productos. Por esta razón, el éxito del negocios de una fábrica, consiste en conseguir que sus máquinas no se detengan y reproduzcan millones de unidades en el menor tiempo posible, sin modificar sus configuraciones. Mientras más unidades fabriquen, más rápido amortizan sus máquinas.

A pesar de que este modelo es archiconocido por todos, incluyendo a los inventores, algunos siguen viendo a las empresas de fabricación  industrial como un medio de prototipado ligero. Es un grave error.

Cuando llegas a una fábrica con un producto en fase de idea, las fábricas te harán un presupuesto para fabricar gran cantidad de unidades y se preocuparán muy poco por la rentabilidad de tu producto en el futuro. Lo importante para una fábrica no es determinar qué método de fabricación es el más barato y adecuado para tu producto, su prioridad es adaptar tu idea, de forma que pueda fabricarse con las máquinas que ya tienen en sus plantas de fabricación.

Compartimos con los inventores que las fábricas serán el mayor aliado en el futuro del producto, en cambio, llegar a ellas antes de tiempo, puede representar una auténtica ruina para tu cuenta de resultados. 

Seguramente, a estas alturas ya tu visión sobre el proceso de lanzamiento de un producto innovador al mercado, haya sufrido cambios importantes. En el capítulo “Diseño y desarrollo de prototipos”, podrás comprender los beneficios reales de un prototipo funcional. 

La fabricación de un prototipo funcional no es un proceso lineal, es un ciclo de prueba y error, útil para demostrar que tu producto funciona y además, que lo hace manteniendo formas que son viables y óptimas para las etapas posteriores.

Como todo proceso de experimentación e innovación, tendrás momentos de éxtasis y alegría, pero también algunos de inmensa frustración. 

Existen tres ingredientes fundamentales para que el proceso de diseño y fabricación de un prototipo sea exitoso: la velocidad de iteración, la integración de disciplinas y el expertise de los profesionales desarrollando productos innovadores. 

La velocidad de iteración hace referencia a la existencia de un método de desarrollo que permita probar muy rápido las soluciones propuestas, elegir soluciones económicas y aprender muy rápido de la interacción producto – usuario. La mayoría de los productos no se consiguen exclusivamente con un profesional. Es muy habitual que los prototipos requieran de diferentes visiones y disciplinas, tales como: la ingeniería mecánica, el diseño industrial, la informática, electrónica y las comunicaciones. 

Otro error habitual en esta etapa, es elegir equipos que no incluyen todas las disciplinas necesarias en su estructura. Llevar al campo de fútbol a 11 delanteros, no garantiza que ganes el partido. Necesitas la integración de las diversas especialidades necesarias según el tipo de producto a desarrollar. 

La experiencia desarrollando productos, es vital para conseguir un prototipo con posibilidades de ser industrializado con costes muy controlados, que a su vez, se traduzcan en resultados positivos para tu balance futuro. El proceso de diseño y fabricación de un prototipo funcional, cercanos en apariencia y funciones a lo que será el producto final, es crítico para conseguir un producto ganador. Puedes seleccionar al mejor diseñador del mundo para concebir tu producto, quizás aporte ideas magníficas y consiga una apariencia inigualable. Si a este profesional le falta experiencia y conocimiento sobre los  procesos industriales futuros, probablemente pongas en riesgo tus primeras inversiones.

Además de profundizar en estos consejos críticos para sentar las bases de un producto con altas posibilidades de conquistar el mercado, descubrirás las tecnologías más democratizadas en el mercado, las limitaciones de los prototipos funcionales y podrás desarrollar una estrategia de desarrollo que a la vez te permitirá organizar la economía necesaria para el lanzamiento de la empresa, desde etapas muy tempranas del proyecto.

Paso Nº5 – Protege lo que inventas

Ya lo sabemos, este punto es clave para ti. 

La obtención de las patentes para un inventor viene siendo como la gran champions para el Real Madrid o el premio de la Súper Bowl para los  Miami Dolphins. 

Por supuesto que conocemos su importancia real, pero, a diferencia de lo que la mayoría de inventores piensa, lejos de ser un hito final clave para el éxito del proceso, es solo un paso más, que no significa que tu producto sea exitoso.

En el capítulo “Protege lo que inventas” además de conocer más sobre los tipos de protección legal más utilizados en Europa y Estados Unidos, que son los mercados que mejor conocemos, podrás interactuar con ejemplos y situaciones donde la patente ha sido clave para conseguir un final feliz y otros donde conseguirla antes de tiempo, ha jugado una mala pasada a sus promotores. 

La mayoría de los inventores, desconocen el orden lógico para lanzar un invento al mercado, cometen errores muy graves por tal de anticipar la tan deseada patente. Es como una adrenalina que les hace percibir que el producto está más cerca del éxito. Por el contrario, patentar antes de tiempo, y sin la información adecuada, puede ser una condena al fracaso. 

Surgen 5 dudas habituales  que pretendemos aclarar con argumentos y experiencias prácticas de casos no tan conocidos como la invención de la bombilla eléctrica y el palo del chupachups, tan mencionadas y utilizados como motores de motivación para los inventores. 

  1. ¿Cuál es el momento idóneo para patentar un producto innovador?
  2. ¿Cuándo y cómo puedes descubrir si tu producto es patentable?
  3. ¿Hasta qué punto y durante qué tiempo te protege una patente?
  4. ¿Cuáles son los tipos de patentes que existen y cómo seleccionar el más adecuado para tu invento?
  5. ¿Por qué las patentes pueden convertirse en la falsa adrenalina de los inventores?

Para nadie es un secreto que es el hombre, el único responsable de crear condiciones y medios para mejorar su calidad de vida, de ahí que sea una prioridad internacional, crear una estructura segura que organice y motive la introducción y publicación de invenciones que promuevan el desarrollo. Como ya sabes, la tecnología tiene un carácter acumulativo, por lo que es clave estudiar las patentes existentes para conformar un juicio de valor sólido sobre la viabilidad de patentar o no una solución.

Teniendo en cuenta esta premisa, podemos anticipar que el objetivo fundamental del derecho en el ámbito de las patentes, es impulsar la evolución tecnológica y  motivar la creatividad en un ámbito jurídico que lo proteja en todas sus versiones. Este objetivo anticipa que no todos los inventos son patentables, para conseguirlo es necesario que aporten novedad y a la vez, que de la novedad protegida, suponga beneficios claros para sus usuarios. 

Otra herramienta de autoengaño en la redacción de las patentes, es la falta de claridad en la descripción de la memoria descriptiva del invento. Con el fin de maximizar las oportunidades de que la patente sea aprobada, los propios asesores utilizan palabras y frases rebuscadas, que difícilmente puedan comprenderse. Si no tenemos certeza absoluta que nuestro productos son patentables, y tenemos que acudir a viejos trucos, como este, lo normal es que tu patente no tenga valor. Por tanto, patenta solo cuando realmente compensa. No tires tu dinero. 

Si sumamos la desinformación vigente entre los propios inventores y la controversia de criterios profesionales, obtenemos una ecuación que lamentablemente, en no pocos casos, lejos de proteger a los inventores y garantizar su motivación, se convierte en un procedimiento que fulmina los sueños de muchas mentes pensantes. Si estás en un contexto similar o quieres evitarlo, en estas páginas encontrarás respuestas como nunca antes te las han contado. 

Paso Nº6 - Modelos de negocio para inventores.

A estas alturas, incluso sin haber profundizado en el contenido de cada capítulo, estaremos de acuerdo en que el producto, por bueno e innovador que sea, no es el único instrumento necesario para llevar tu proyecto al éxito. Es fundamental que seas capaz de diseñar un modelo de negocio y una estrategia que represente un puente entre tus ideas y el mercado potencial al que pretendes resolver un problema. 

Los inventores suelen ser perfiles muy creativos y espontáneos. Si bien estas características suelen ser el gran motor que les impulsa a crear soluciones que a la mayoría de los mortales no nos pasa por la mente, también es cierto que suelen enfrentar grandes dificultades en el diseño de modelos de negocio y estrategias para transferir el conocimiento y convertir sus productos en auténticas oportunidades  de negocio. 

Lamentablemente, más del 50% de los inventores con los que hemos tenido oportunidad de colaborar, tras conseguir sus patentes, prototipos, incluso planes de industrialización para replicar sus productos en grandes series, abandonan la aventura al detectar sus limitaciones y carencias para diseñar modelos de negocio eficientes que conviertan sus ideas en el motor de un proyecto rentable. 

Todas las personas tenemos un punto de incapacidad, una disciplina o área en la que no somos expertos o funciones que literalmente nos aterran. Los inventores, aunque crean productos geniales, también se enfrentan a esta realidad. La gran diferencia entre los inventores que llegan al éxito y los que abandonan la aventura, no radica en el volumen de conocimiento que almacenan, sino la voluntad y empeño con la que se enfrentan. La composición de equipos de trabajo multidisciplinares y la búsqueda activa de apoyo en áreas que no dominan son algunos de los caminos más frecuentes de los inventores exitosos que hemos tenido oportunidad de conocer. 

Si eres de los valientes que no tiran la toalla, resaltan las áreas débiles en lugar de esconderlas o evitarlas, este libro y en especial, este capítulo, es para ti.

Habitualmente se confunden los conceptos: “Modelo de Negocio” y “Plan de Negocio”. El Modelo de Negocio es el mapa lógico que resume la forma en que los inventores son capaces de obtener valor, materias prima y fundamentos tecnológicos de la sociedad, para transformarlos en productos innovadores adaptados a las necesidades de los potenciales clientes. Todo este mapa lógico se sustenta en un equilibrio económico entre los costes asociados al proceso productivo y los ingresos derivados de la explotación comercial de estos productos en el mercado. Por el contrario, el plan de negocio es la herramienta que resume la estrategia y toda la planificación sobre la evolución del negocio. Abarca los principales objetivos estratégicos, define los recursos necesarios, así como las expectativas económicas de desarrollo del propio modelo. 

Seguramente en algún momento de tu carrera como inventor has pensado que después de la gran idea, la patente y en algunos casos el prototipo funcional que valide su funcionamiento, son las herramientas necesarias para vender los derechos de explotación de tu idea, ganar mucho dinero trabajando muy poco y dedicarte a tomar mojitos en el caribe mientras piensas en los próximos inventos. No sabemos si este golpe de suerte lo han disfrutado algunos, la dura realidad de los inventores que nos han permitido ser testigos de su éxito, han necesitado un modelo de negocio sólido y algunas validaciones de mercado antes de que llegara el tan deseado momento. 

La buena noticia es que durante los últimos 12 años hemos documentado los aciertos y errores que hemos y han cometido los inventores con los que hemos trabajado mano a mano. A su vez, esa experiencia la hemos estructurado en 3 patrones de modelos de negocio que te servirán de inspiración para diseñar el tuyo, teniendo en cuenta los principales riesgos que conlleva cada decisión. 

Paso Nº7 - Industrializa tu producto.

La industrialización del producto hace referencia al proceso de transformación de un prototipo funcional en un producto que puede replicarse, a través de medios y métodos industriales en un número ilimitado de unidades. Como ya sabes, muchos inventores intentan activar el proceso de industrialización antes de fabricar un prototipo funcional, esta decisión conlleva riesgos que podrían frustrar todo el proceso, sobre todo cuando los recursos económicos del inventor son limitados. 

Si bien es cierto que el precio unitario del producto fabricado a través de medios industriales puede ser el 1% del precio de un prototipo funcional, también es cierto que cualquier transformación, mejora o error que se cometa en esta escala puede costar decenas de miles de dólares. Por el contrario, el prototipo funcional, a través de técnicas artesanales pone a disposición del inventor y del equipo de ingeniería a cargo de desarrollar el producto, un ciclo de prueba y error que permite aprender lo suficiente antes de llegar a la industria. De forma que los cambios que podrían representar decenas de miles de dólares  puedan resolverse con cantidades mucho más modestas. 

Casi el 30% de los productos disponibles en el mercado se fabrican en China. Es un secreto a voces que la estructura industrial China ha despoblado los ecosistemas de fabricación más potentes del mundo. 

Los tejidos industriales de Europa y Estados Unidos se han resentido y aunque todos somos conscientes de las consecuencias, de hecho, las estamos padeciendo, tenemos muy pocas oportunidades de negocio si no conseguimos costes de fabricación que son casi imposibles, excepto en el gran fenómeno Chino. Esta pérdida de oportunidades está transformando el comportamiento y modelos de negocio de las pequeñas fábricas occidentales, sin duda, las más afectadas. 

Pongámonos en situación, por pequeñas que sean las fábricas, sus estructuras y máquinas han representado inversiones millonarias que sólo pueden amortizarse y rentabilizarse sin detener la producción en serie. Cada minuto de una máquina parada representa pérdidas significativas para los fabricantes. Ante la evidente escasez de clientes, producto del propio fenómeno Chino, los fabricantes han visto en el ecosistema de los inventores una gran oportunidad, por esta razón vemos a este tipo de fábricas anunciando sus servicios de prototipado. 

Nuevamente, apelamos a tu sentido común. ¿Cómo es posible que una fábrica, con máquinas costosas preparadas para reproducir un producto en millones de unidades, puede ser también el entorno óptimo para prototipar? No olvidemos que el objetivo clave del proceso de fabricación del prototipo es iterar para aprender sobre la mejor forma de conseguir las funciones del producto. La respuesta es simple. Es imposible. Las fábricas, en el proceso de prototipado, solo velarán porque el producto sea compatible con sus medios de fabricación disponibles, que no significa, ni de lejos, que sea la mejor forma para conseguir las funciones y mucho menos la forma más barata de fabricarlos. Como conclusión anticipada, los medios industriales serán un partner o socio estratégico en tu carrera como inventor, sin su intervención será muy difícil que consigas un producto competitivo en el mercado, pero, implicarse en el proceso ante de tiempo, representa más riesgos que beneficios. 

También, como conclusión anticipada del capítulo, debemos hacer alusión a los grandísimos riesgos que puede ocasionar fabricar un prototipo funcional con un equipo de ingenieros divorciados de los principios básicos de la industria. Este fenómeno es muy habitual cuando en lugar de laboratorios especializados en el desarrollo de prototipos, apelamos a los freelance como solución “low cost”. Aunque la visión industrial no debe ser el objetivo clave de la primera versión de tu prototipo, es importante que se atiendan a los principios básicos para que las adaptaciones del prototipo, a la hora de industrializar, sean menores. Por supuesto, en el capítulo “Industrializa tu prototipo” además de esbozar soluciones industriales habituales, principales criterios a tener en cuenta a la hora de activar este procedimiento, también compartiremos algunos criterios que tenemos muy en cuenta en Let´s Prototype para fabricar prototipos funcionales que, además de demostrar la funcionalidad del producto desde etapas muy tempranas, permita se puedan optimizar las inversiones en el proceso de industrialización del producto.

Paso Nº8 - Vende tu producto.

A pesar de los años trabajando mano a mano con emprendedores e inventores, no es cierto que tengamos la capacidad de adivinar lo que puede ser un buen o mal producto. La mayoría de los inventores, busca en nosotros la aceptación de la idea y manifestaciones que le hagan sentir mucho más cerca del éxito. En este sentido, a pesar de nuestra experiencia preferimos mantenernos al margen y dar la misma importancia a proyectos muy simples, tecnológicamente hablando, que a los que pretenden realmente un producto revolucionario. 

Por duro que parezca, solo hemos encontrado un denominador común entre los proyectos exitosos y las historias que concluyen en estrepitosos fracasos. Este denominador común no está en el producto, sino en el propio inventor. 

Muchos inventores tienen una versión muy reducida de lo que será su historia con el proyecto. Su sueño comienza y termina en una patente que lograrán vender y con la que podrán vivir el resto de sus vidas. Otros, sustancialmente  menos frecuentes, tienen una visión más clara y extensa sobre el esfuerzo que supone vender un producto en el mercado, lograr conectar con clientes y aprender continuamente sobre su comportamiento para mejorar las prestaciones del producto. Estos pocos suelen estar mucho más cerca del camino con mayores posibilidades de éxito.

Retos como, la definición del precio del producto y la elección de canales de venta óptimos para cada producto, suelen ser algunos puntos de incertidumbre extrema. El error más común en el proceso de definición de precios de un producto, es centrar esta decisión en el análisis de los precios de producción y logística de un producto. Por supuesto que este análisis es muy relevante y además, requerirá un gran esfuerzo controlar tales costes, pero, también es un secreto a voces que los precios no se definen escuchando voces del universo que nos pregunten cuánto margen queremos sumar al precio de producción del producto, esta decisión está mucho más relacionada con la percepción de valor que consigamos despertar en los clientes finales. De ahí la importancia de incluir esta variable de análisis en el mismo inicio del ciclo, tal y como proponemos en el método Lean Prototyping. 

Cuando hablamos de canales comerciales, nos referimos a los entornos óptimos para vender nuestros productos. Durante muchas décadas la variable clave a estudiar para definir dichos canales, estaba relacionada con el nivel de popularidad de los canales comerciales. Según algunas teorías ya caducadas, debíamos buscar el entorno más poblado, el más concurrido, para anunciar nuestros productos y por ley de probabilidad, estaríamos maximizando las oportunidades de venta. Lo cierto es que el análisis de popularidad de un canal comercial, sigue siendo un punto a tener muy en cuenta, aunque sabemos que el comportamiento del mercado ha cambiado radicalmente a partir de la  democratización del internet. Estos cambios en el comportamiento del mercado, nos exigen como emprendedores no solo encontrar los canales más concurridos, sino los que a la vez puedan ser más apropiados para el usuario y además garanticen una experiencia perfecta. 

Hace algunas décadas los fabricantes de café lo tenían muy claro. Había que conseguir el mejor aroma, el mejor sabor, fidelidad a procesos productivos de sus denominaciones de orígenes,  maximizar el atractivo de sus etiquetas y ser los mejores negociando con el supermercado, ya que la ubicación en sus líneas de exposición condicionaban el 100% de los resultados de venta. 

Hoy, estos mismos fabricantes enfrentan otros retos para conectar con sus clientes que se salen del equilibrio precio – posicionamiento en el lineal del super. Su cliente, además del aroma, valora el tiempo que tarda la preparación de un café, la dosificación del producto y su compatibilidad con electrodomésticos ya democratizados en el mercado.  Estos cambios le exigen buscar canales comerciales que le permitan estar en el momento y lugar preciso, además de la forma más cómoda para sus clientes.

Con este cambio de interpretación sobre el comportamiento del mercado, nuestro amigo Pedro, heredero de una productora de café con un siglo de historia,  ha podido innovar en “producto” pero también en sus canales comerciales. Hoy vende a sus clientes organizadores de cápsulas de café compatibles con diferentes modelos. De esta forma, es capaz de obtener datos sobre el consumo de las cápsulas en el hogar y así ayuda a sus clientes a efectuar sus compras justo cuando lo necesitan y desde la comodidad de sus propios móviles. 

No te preocupes, llegaremos al apartado de ventas en esta guía práctica para inventores que como tú, comprenden que a estas alturas, la comodidad del cliente es tan relevante como la innovación que asociamos al producto.

Capítulo III: ¿Dónde nacen las ideas?

“No soy inventor, solo tengo una idea” … así comienza la presentación de la gran mayoría de inventores con los que hablamos cada año. La verdad es que amamos ese inicio. En la mayoría de los casos, los inventores que no se autodenominan como tal, es porque se sienten más emprendedores que inventores, y esto significa que no solo tienen una idea que podría cambiar el mundo, sino que están dispuestos a sacarla adelante. 

Como ya hemos visto antes, para que nuestra idea pueda denominarse invento, no tiene por qué ser pensado por alguien de otro planeta ni tener un aspecto que no podamos asociar con otros objetos de nuestro día a día. Un  invento maravilloso es aquel que, sin demasiadas explicaciones, un usuario puede tomarlo en su mano y sin previas consultas sacarle el máximo rendimiento. Este efecto se consigue cuando la invención se consolida mejorando un elemento existente. 

Lamentablemente, la rutina diaria, el enfoque en los problemas y la supuesta falta de tiempo, nos juega una mala pasada en cuanto a creatividad se refiere. Confiamos y sostenemos que no hay personas que nacen inventoras y otras que, desde la primera nalgada, quedan selladas como consumidores de los productos que crean terceros. La creatividad es una capacidad que se desarrolla y entrena a través de métodos muy populares. Desde niño la desarrollamos en mayor o menor medida, aunque es muy cierto que en determinados lugares, el sistema educativo más bien atenta contra su desarrollo, priorizando la memorización que el pensamiento lógico. 

Apartando un tema tan relevante como el por qué somos más o menos creativos y qué podemos hacer para mejorar nuestra capacidad de crear, centrémonos en describir los escenarios donde con mayor frecuencia podríamos obtener ideas de productos que nos lleven al éxito. 

Estoy seguro que ya estás pensando en: las vueltas con la almohada, el bar y/o la ducha. Esto solo nos demuestra el poquísimo tiempo que tenemos para reflexionar, iterar en puntos de vista y por supuesto, para crear. 

También damos por hecho que crear un producto novedoso es una especie de milagro, nos toca ser la pista de aterrizaje de esas grandes ideas, o no. Nada más lejos de la realidad. 

La principal herramienta para generar ideas innovadoras con altísimas posibilidades de éxito, es la atención. Nuestra capacidad de observar y escuchar, que no las de ver y oír, son las que nos permiten analizar con cierta profundidad los problemas que forman parte de nuestro entorno todos los días y solo unos pocos son capaces de identificar. Ese es el verdadero caldo de cultivo de las ideas con altísimas posibilidades de éxito. 

Vaya por delante que los escenarios o fuentes de iniciativas  que se describen a continuación, no son únicos, ni se trata de conceptos cerrados. Tras acompañar a tantísimos inventores, hemos recopilado los denominadores comunes más frecuentes de sus historias sobre el inicio de la idea.

Problemas no resueltos.

Hasta hace unos años, cuando comenzamos a trabajar con inventores, éramos fieles defensores de que para crear un nuevo negocio era muy importante encontrar problemas no resueltos. El trato con cientos de inventores cada año nos ha hecho defender que es muy complejo encontrar un problema para el que no existe alguna solución. Sobre todo, porque de forma idónea o no, la mente humana busca alternativas y esto precisamente es lo que nos permite salir adelante. 

Por tanto, debemos preparar nuestro sistema de atención no tanto para rebuscar en nuestra cotidianidad problemas no resueltos, sino situaciones engorrosas que vivimos y vemos a diario. 

¿No existía el café antes de las máquinas de cápsulas?

Según leyendas populares, un pastor de Etíope llamado Kaldi, en el siglo IX, notó que sus cabras se volvían muy activas cuando consumían determinadas plantas. De forma totalmente experimental, consumió estas mismas plantas y notó el subidón de la cafeína. Esta información la compartió con un monje de la época, que fue quien por primera vez, le dio forma de infusión a la famosa bebida. Pero, no fue hasta ayer, año 1986 que bajo la marca Nespresso, salió al mercado la primera versión de lo que hoy conocemos como máquinas para café en cápsulas. 

¿Estaba el problema resuelto? 

El café ha sido una de las bebidas más populares y democratizadas desde el siglo IX hasta nuestros días. Para nadie es un secreto la continua evolución de sus métodos de preparación que, en cada una de las versiones, ponen a prueba el equilibrio entre la permanencia del aroma y el sabor, versus el tiempo que dedicamos a su preparación. 

Desde la primera versión  de Erik Favre, el problema estaba resuelto. Desde cientos de años antes del nacimiento de Erik se bebía café en el mundo entero y se habían popularizado decenas de métodos para su preparación. 

Mientras centenares de millones de personas bebían café cada mañana y se limitaban a disfrutar su aroma, Erik Favre se centró en encontrar problemas o elementos mejorables en el procedimiento de preparación y consumo del café. 

¿Cuáles?

Las cápsulas de café permiten que la conservación de este producto no tenga ningún riesgo de humedad, lo que a su vez se traduce en una forma de garantizar que la experiencia sea totalmente excelente. 

Las cápsulas de café permiten un nivel de dosificación que, en combinación con las características de la propia máquina, permiten que el sabor del café sea siempre el mismo, evitando riesgos de malas prácticas en su preparación que de una forma u otra, atentan contra la experiencia. 

La facilidad y agilidad de este nuevo método de preparación, permite que sus consumidores puedan dedicar el tiempo a lo realmente importante, disfrutar su taza de café.

No cabe dudas, Erik Favre, en su época como ingeniero en Nestlé, no puso el foco en la creación de un producto sin precedentes que cambiara el mundo. De ser así, lo más probable es que no contara con el apoyo de Nestlé.  Su foco estuvo en encontrar mejoras sobre un procedimiento que sin duda alguna, era muy mejorable.

Seguramente has escuchado la frase “hay que crear un producto novedoso y después saber crear la necesidad”

Uno de los errores más graves que cometen los inventores, es pensar que tendrán la capacidad de crear una necesidad a partir de su creación, el producto. Quizás exista algún ejemplo que evidencie esta teoría, la realidad,  no la conocemos.

Hace algunas semanas impartiendo una conferencia en una prestigiosa escuela de negocios, lanzamos la pregunta como un anzuelo al descubierto: ¿Es posible crear la necesidad?

Con ejemplos como el IPod o los vehículos de motor casi el 90% de los alumnos, todos ingenieros, estaban absolutamente convencidos de que en estos ejemplos, la necesidad fue creada. 

Si profundizamos en el Ipod como producto, lo cierto es que tiene precedentes fácilmente identificables. La necesidad real era compatibilizar actividades y desplazamientos cotidianos mientras se escuchaba música. En este sentido, a finales del siglo XX, Guglielmo Marconi probó la primera transmisión de radio portátil, de forma que sobre 1900, comenzaron a democratizarse los radios de esta modalidad. Los usuarios podían desplazarse con su artilugio, más o menos pesado, más o menos voluminoso, más o menos optimizado a nivel de autonomía. Pero, ¿ acaso no se cubría esta necesidad?

La compañía Sony, al valorar el comportamiento del mercado con los artilugios portátiles, no se conformó con mejorar su autonomía y calidad en la escucha. Descubrieron que los usuarios, además de escuchar la música o el contenido, allí donde fueran, deseaban enormemente elegir que escuchar en cada momento. Para atender este detalle evolutivo en la necesidad, desarrollaron y fueron líderes en el mercado con sus Walkman y Discman, inventos que vieron la luz en 1989 y 1974 respectivamente, a partir de la aparición de los casetes y posteriormente los CDs, capaces de almacenar el contenido que posteriormente sería gestionado a través de los aparatos que Sony democratizó en el mercado. 

La comprensión del comportamiento de los usuarios a lo largo de los años, era un ingrediente clave para Apple. La necesidad existía y  estaba cubierta, pero no de forma eficiente. Los usuarios tenían que cargar con varios CDs para poder escuchar en cada momento lo que realmente les apetecía. Aprovechando la aparición del formato compromiso mp3 y la proliferación del internet, Apple desarrolló el Ipod. Una auténtica revolución. Un producto que daba libertad a los usuarios para escuchar allí donde estuviesen , ya no las 20 canciones de un CD, sino muchísimas horas, con un artilugio que cabía en un bolsillo de camisa y tan ligero que apenas provocaba deformaciones en el tejido. 

Entonces. ¿Crees que realmente Apple creó la necesidad para vender sus Ipods?

También confieso que en la última ocasión que lancé este anzuelo descubierto, un alumno con clarísimos dotes de emprendedor, aseguró: “No fue Jobs con el Ipod, pero quien niega que Marconi creó la necesidad”

Antes de la transmisión a radios portátiles, antes de la existencia de las baterías, incluso de las radios convencionales, los seres humanos ya tenían la necesidad de expresarse, comunicarse y ser escuchados. El desarrollo tecnológico que rodea esta gran necesidad, ha permitido que hoy tengamos la oportunidad de elegir la información que consumimos y el formato en que lo hacemos. 

No. Rotundamente no. Marconi no creó la necesidad, como tampoco tiene sentido empeñarse en una idea que requiere tengamos que crear una nueva necesidad en el mercado. Ante este tipo de reflexiones, lamentablemente muy frecuentes, lo más común es encontrarnos ideas sobre productos que no resuelven ningún problema y por ello, están condenados al fracaso. 

Seguramente habrás escuchado la frase: “Si hubiera preguntado a mis clientes qué querían, habrían dicho que un caballo más rápido» dicha por Henry Ford. Ford, comprendía perfectamente que no se trataba de crear una nueva necesidad, sino de analizar las existentes y responder a ellas de forma más eficiente. Por esta razón, lejos de “buscar caballos más rápidos”, se encargó de dar solución a los procesos de fabricación industrial para los vehículos de motor, así consiguió democratizar este tipo de soluciones. 

De esta interesante frase del Sr. Ford, tomamos una nota clave: los clientes no nos pondrán por delante la descripción del producto de sus sueños. Además, lo que expresan no tiene porqué ser demasiado fiable, para lo bueno y para lo malo. Es nuestra responsabilidad como inventores, prestar suficiente atención al comportamiento de los clientes potenciales, diseñar soluciones eficientes, aunque el cliente jamás lo hubiera soñado y conseguir que estas soluciones encajen como un guante en sus problemas. 

Cuando decimos: “para lo malo” tratamos de advertir  el altísimo riesgo que tienen las encuestas, focus group y métodos similares de estudios de comportamiento del mercado. El denominador común de estos métodos, es tomar como base el feedback o respuestas aportadas por los clientes. Desde nuestra humilde opinión, cuando estamos creando un nuevo producto, no es suficiente con estudiar respuestas, de hecho, lo conveniente es no hacer preguntas. Para guiar un proceso de innovación efectivo, tenemos que observar el comportamiento de los usuarios y sus reacciones ante el producto, obligatoriamente,  en entornos donde no se sientan observados. 

Problemas resueltos por exceso.

Mientras la mayoría de los inventores se centra en identificar problemas no resueltos por los productos comercializados en el mercado, lo cierto es que hay muchas oportunidades de negocio que se basan en la simplificación de las soluciones. 

Con frecuencia pensamos que al adicionar tecnología y complejidad a los productos, se consiguen patentes más robustas y productos más completos. Esta supuesta realidad juega una mala pasada a muchos emprendedores ya que, la integración de soluciones por exceso puede ocasionar dos problemas: hacer que el producto sea mucho más caro de lo que está dispuesto a pagar un cliente para solucionar un problema y/o hacer más complejo el uso de los productos.

Un ejemplo claro de este escenario de generación de oportunidades de negocio, podemos encontrarlo con el Cigar Humidity Controller. Los fumadores de puros habanos, enfrentan un reto muy importante para conservar de forma adecuada sus puros. Para ello, se utilizan unos contenedores, normalmente de cedro, donde se pretende mantener la humedad relativa entre un 65% y 70%, siendo este rango el entorno más apropiado para su conservación. La permanencia de los puros en entornos donde la humedad relativa esté fuera de dicho rango, pone en riesgo la utilidad de los puros, de ahí que la revisión del comportamiento de la humedad relativa de los contenedores de conservación, es una actividad cotidiana para los amantes del puro. 

No son pocas las empresas del sector que se han lanzado a desarrollar un higrómetro digital, que se vincula a una aplicación móvil donde los usuarios pueden observar en cualquier momento la humedad relativa del contenedor de conservación de los habanos. Esta solución supone para las empresas un coste fijo de mantenimiento y actualización de las aplicaciones móviles para los principales sistemas operativos, tanto IOS como Android. A estos costes de mantenimiento, debemos sumar los costes de fabricación de cada uno de los higrómetros digitales que se venden en las tiendas especializadas y tiendas online como Amazon. Desde el plano de los clientes de este tipo de soluciones, enfrentan una curva de aprendizaje para sincronizar los dispositivos con la aplicación móvil, ocupan el tan preciado espacio de sus dispositivos móviles a la vez que tienen que asumir en el precio de su solución, los costes que las empresas mantienen para el mantenimiento de las aplicaciones móviles. 

Como alternativa a esta solución, en Let´s Prototype diseñamos y fabricamos para un inventor, un dispositivo que llamamos Cigar Humidity Controller. El proceso de diseño y desarrollo del prototipo funcional, se enfocó en conseguir un dispositivo que ocupara muy poco espacio en el contenedor de conservación, maximización de la batería y sobre todo, que no requiriera una aplicación móvil para alertar a los usuarios. El resultado fue una pequeña pastilla electrónica (sensor) que al situarse en el contenedor, se comunica solo una vez con un teléfono móvil, solicitando al usuario su número de teléfono u la configuración inicial del rango de humedad a detectar. A partir de este momento, el dispositivo es capaz de analizar la humedad relativa del entorno de conservación durante 2 años, sin que el usuario tenga que interactuar con el dispositivo,  sólo en caso de que la humedad relativa ponga en riesgo los puros habanos, el dispositivo envía un SMS al usuario para alertarle de tal situación. 

Evidentemente,  Cigar Humidity Controller, responde a la misma necesidad de los dispositivos democratizados en el mercado. Evita que los usuarios tengan que vigilar de forma continua el estado de conservación dentro de sus humidores. En cambio, con Cigar Humidity Controller, no tienen que ocupar espacio de sus teléfonos y por tanto, no tienen que asumir en el precio de la solución el mantenimiento de aplicaciones totalmente innecesarias. 

La adición de complejidad a un producto o la suma de funciones sobre el diseño del mismo, no representa una ventaja competitiva en sí. Las ventajas competitivas están mucho más relacionadas con la simplicidad de los productos y el foco sobre conseguir solucionar un problema de forma excelente pero haciendo que  los clientes lo utilicen de forma simple y paguen solo lo justo para percibir el valor que pretendemos aportar. 

Sería un error pensar que en todos los casos, cuando desarrollamos productos que pretenden simplificar una solución que resuelve por exceso un problema, renunciamos a parte del precio que los usuarios están dispuestos a pagar por la solución. Aunque en muchos casos la simplificación se consigue a través de un proceso que consiste en “descafeinar” el producto, lo cierto es que algunos emprendedores han conseguido mantener, incluso maximizar el rendimiento económico llevando al mercado sus soluciones simplificadas. El Remarkable es un ejemplo clarísimo de este tipo de escenarios.

No son pocos los usuarios que damos especial importancia a las notas que tomamos en reuniones, su conservación se puede convertir en un auténtico caos. A la hora de estudiar o repasar un libro, disfrutamos el poder realizar marcas, crear nuestros propios esquemas sobreescribiendo los textos y enlazando conceptos con líneas. Son técnicas que nos ayudan a captar y recordar mejor la información. Los grandes fabricantes de dispositivos móviles, han estudiado y atendido esta gran necesidad con lo que todos conocemos como tablet y aerógrafos. Esos lápices inteligentes con los que podemos realizar nuestras propias marcas a través de una pantalla de un dispositivo, que además, es útil para enviar correos electrónicos, ver vídeos y navegar por internet. 

Hace pocos años fuimos testigos en el mercado del lanzamiento de la primera versión del Remarkable, un dispositivo que se basa en lo que hoy conocemos como papel electrónico. Sus fundadores han despejado las múltiples posibilidades que ofrece una tablet y se han centrado en conseguir con su dispositivo la misma sensación que tiene un usuario cuando escribe con un bolígrafo sobre un papel. Lo han conseguido de una forma tan excelente, que a pesar de las limitaciones de conectividad de sus dispositivos, de renunciar a las prestaciones de conectividad e interfaz de funcionamiento, de rechazar las posibilidades de navegación en la red, han podido mantenerse en el mercado con su blog de notas electrónicas a precios muy similares, incluso superiores a los dispositivos electrònicos m´viles de alta gama que pretendían atender tal necesidad.

Por tanto, inventores, nuestra conclusión de ejemplos como el Remarkable, reafirma que la innovación más rentable en el mercado no es una suma de funciones sin sentido para impresionar al usuario y abrumar con tantísima tecnología. Todo lo contrario. La clave del éxito es comprender la esencia de la necesidad y ser realmente disruptivo en la forma en que se da respuesta a esta necesidad concreta.

Transformaciones demográficas.

La observación y análisis de datos de mercado es una de las herramientas más efectivas para llegar a conclusiones que puedan motivar a inventores y emprendedores a desarrollar un nuevo producto. Para nadie es un secreto que en un mundo tan globalizado como el actual, donde la posibilidad de comunicarse es absoluta,  donde surgen oportunidades laborales de forma dinámica y pueden compartirse experiencias culturales, se ha generado un flujo migratorio sin precedentes. De tal magnitud, que las costumbres e idiosincrasia de una sociedad puede verse enriquecida y transformada por estos cambios demográficos.

En España durante los inicios de la década de los 90, era improbable encontrar en los lineales de supermercados productos de alimentación que no formaran parte de la dieta mediterránea compartida por los españoles. Hoy, el 100% de los mercados tienen al menos un lineal dedicado a productos latinos, con el fin de atender el creciente mercado de inmigrantes que residen en el país. Se trata de un cambio en la oferta suscitado por el indiscutible cambio demográfico generado en  la sociedad a partir de la flexibilidad de políticas migratorias en España respecto a las sociedades de latinoamérica.

Poniendo el foco en España como escenario donde nació nuestro laboratorio de fabricación de inventos, podemos evidenciar que hasta hace muy pocos años el baseball era un deporte casi desconocido o poco popular en la sociedad. Aun lo sigue siendo, pero, en ciudades tan cosmopolitas como  Madrid, donde la densidad poblacional de emigrantes es tan notoria, este deporte cobra cada vez más relevancia. El baseball, como el fútbol, es un deporte muy exigente en cuanto a número de participantes para ejecutar una partida, de la misma forma, exige la existencia de campos totalmente adaptados para su práctica, obras que solo se desarrollan en lugares donde la práctica de este deporte es  una auténtica pasión. La carencia de campos especializados así como las dificultades para coordinar los suficientes jugadores para efectuar partidas, han llevado a nuestros clientes ha encargarnos el desarrollo de un campo virtual, totalmente compatible con las instalaciones de un centro de ocio en locales comerciales, donde se desarrolla un escenario virtual útil para que un jugador, de forma autónoma, pueda realizar prácticas de bateo, simulando los recorridos de las pelotas en una pantalla y contabilizando en tiempo real los datos que determinan la eficiencia del jugador en cuestión. Es cierto que se trata de una iniciativa sobre la que ya se ha investigado en el mundo, especialmente en Estados Unidos. Aun así, nuestros clientes en conjunto con nuestro equipo de desarrollo de productos, han encontrado claras mejoras que esperamos muy pronto permitan brindar una solución completa y realista para los nuevos residentes de Madrid, dispuestos a mantener la práctica de su deporte, sorteando con este nuevo producto los inconvenientes que han detectado. 

La hostelería es una de las industrias que más se transforma y adapta en la sociedad en función de los cambios demográficos. Solo hay que analizar el creciente número de consumidores de comida japonesa y mexicana en el mundo a partir de la creciente transformación social provocada por los cambios demográficos. La democratización de los platos internacionales y facilidad para que las personas conozcan estándares de calidad de estos platos en los diferentes países, ha motivado a algunas cadenas de restaurantes y pequeños negocios, a desarrollar máquinas innovadoras que permitan emular procedimientos de elaboración muy complejos y sensibles para conseguir platos internacionales de altísima calidad. En Let´s Prototype hemos tenido que sumergirnos en el mundo de la alta cocina mexicana para elaborar máquinas de elaboración de tortillas, que permiten obtener este producto de forma muy similar a las recetas más antiguas y arraigadas a la cultura de este país. Asimismo, hemos desarrollado proyectos de ingeniería que han desembocado en la fabricación de máquinas que permiten sistematizar procedimientos que forman parte de la elaboración de los sushis sin renunciar a las texturas y estándares de calidad para este plato que se ha hecho tan popular en la cultura occidental. 

No solo los cambios demográficos provocados por la emigración, pueden hacernos ver nuevas oportunidades. Basta con evidenciar los datos relacionados con la estructura de la sociedad para arribar a conclusiones que pueden desembocar en la creación de nuevos productos. El análisis del envejecimiento de la población española y los datos tan abrumadores que sustentan las hipótesis de los datos de edad media de la población española para los próximos años, representa una fuente de inspiración muy común entre los inventores que hemos atendido durante los primeros años de actividad de nuestro laboratorio. Hemos participado en la creación de cinturones electromecánicos que pretenden desplegar una especie de almohada para evitar fracturas de cadera en los mayores cuando sufren accidentes comunes, dotando a estos equipos incluso, de la posibilidad de alertar la posibilidad de estas caídas mediante el análisis matemático del comportamiento de las personas mayores que portan dicho artilugio. 

La creciente ola de dependencia de los mayores, suscitada por el propio envejecimiento de la sociedad, ha sido a la vez la piedra angular para algunos inventores que han decidido innovar en soluciones de vigilancia a distancia no invasiva. Permitiendo que los mayores puedan realizar su vida cotidiana, sin sentir que se invade su privacidad a la vez que se mantiene al tanto a  sus seres queridos sobre la ejecución de sus actividades cotidianas, preparando estos dispositivos para generar alertas cuando se altera la rutina de los mayores. 

Sin duda alguna, crecer como analistas de la demografía de una sociedad y nuestro crecimiento como ciudadanos del mundo, nos abre muchas puertas a la visión sobre el desarrollo de nuevos productos para responder a las crecientes oportunidades de negocio que surgen a partir de conclusiones evidentes que se hacen imperceptibles para quienes no están pendientes de estudiar tales detalles. 

Aparición de nuevas tecnologías.

Los inventores y emprendedores somos muy dados a estudiar las últimas tendencias tecnológicas, estar al tanto y probar los últimos productos que se lanzan al mercado. Esto es un magnífico punto de partida para un proceso de innovación y búsqueda de nuevas oportunidades. Sobre esta tendencia tan común entre los que compartimos el ADN “Inventor”, solo debemos evitar la visión sesgada sobre la innovación conseguida. 

El análisis o visión sesgada sobre los nuevos productos, se refiere a la visión inducida por las estrategias de marketing que rodean al producto en cuestión. Por ejemplo, cerca del año 2009, Microsoft comenzó a democratizar su famoso sensor Kinect. Seguramente cuando hablamos de este sensor, recuerdes la vídeo consola X-BOX, ya que el producto fue lanzado al mercado como un complemento de esta consola de juegos, para hacer frente a los últimos avances que Nintendo había popularizado a través de su Modelo Wii, democratizado en el mercado a partir del año 2006. La gran innovación incorporada a la Wii, consistía en un mando que permitía controlar los avatares en pantalla con movimientos en el mando. convirtiendo sus vídeojuegos en una actividad para todos los miembros de la familia. La respuesta de Microsoft con su sensor Kinect fue contundente, aparecieron en el mercado con un sensor que, sin necesidad de utilizar mandos, (a través de observación precisa) era capaz de reproducir en los diferentes avatares de los juegos, los movimientos de los individuos que participaban en el juego frente a la pantalla, ofreciendo así una propuesta mucho más realista e inmersiva. 

Independientemente de las valoraciones que podemos hacer sobre la dinámica competitiva entre los dos gigantes tecnológicos, no debemos perder de vista lo realmente importante, Microsoft a través de la Kinect, llevó al mercado un dispositivo relativamente barato, portable y capaz de analizar el movimiento humano y el reconocimiento de voz, como nunca antes se había popularizado. 

Una visión sesgada sobre este producto, nos llevaría como inventores o desarrolladores de productos novedosos a desarrollar nuevos juegos para el ecosistema de Microsoft, basados en las prestaciones tecnológicas de este sensor. Por el contrario, parte de nuestro equipo Let´s Prototype, vivimos en primera persona el desarrollo de una solución que posteriormente se denominó Neurobia Research. Se trataba de una solución basada en un modelo matemático que, aprovechando las prestaciones de observación precisa de la Kinect, sobre 21 puntos del cuerpo humano, conseguía evaluar y comparar de forma precisa y cuantitativa la evolución motora de los pacientes que habían sufrido daños cerebrales adquiridos, especialmente Ictus. 

El famoso sensor de Microsoft para sus últimas consolas de juego, además de permitir el diagnóstico preciso de los movimientos para complementar un diagnóstico médico, posteriormente fue utilizado como base para el desarrollo de otras soluciones óptimas para recuperar la capacidad motora de estos pacientes, incluso, para ayudarles a recuperar capacidades relacionadas panel lenguaje. Recuerdo con mucho cariño el momento en que por primera vez, conseguimos simular en pantalla el escenario de un estadio olímpico, en el que los fisioterapeuras, en función del diagnóstico preciso que hacían a sus pacientes, pre grababan movimientos que luego simulaba un avatar que a su vez orientaba a los pacientes desde su casa, cuáles eran los objetivos a conseguir en cada uno de sus movimientos. Por si fuera poco, cuando visitaban la consulta médica, los especialistas podían evaluar de forma cuantitativa y expresado en gráficos, el porcentaje de aciertos y evolución del paciente en cada uno de sus movimientos esenciales, para, con esta información, prescribir de forma mucho más precisa los ejercicios recomendados. 

La visión del equipo médico y de matemáticos con el que tuvimos oportunidad de trabajar mano a mano, pudo identificar en un sensor pensado, diseñado y vendido para jugadores, una solución óptima para democratizar y abaratar sustancialmente el acceso a la fisioterapia, sin renunciar a la individualización de las recomendaciones por parte de los especialistas. Justo esa es la capacidad creativa que como inventores estamos obligados a desarrollar, de forma que la evolución de tecnologías necesarias y utilizadas en diferentes industrias, nos sean útiles para desarrollar productos de gran utilidad para la sociedad. 

De forma general, los avances tecnológicos en las distintas industrias, suelen tener aplicaciones significativas en otros proyectos en desarrollo, como puede evidenciarse en el ejemplo anterior. 

A finales del siglo XIX, concretamente en el año 1916, se comenzó a hablar de las aeronaves no tripuladas “Aerial Target”. Se trataba de una solución militar que, a pesar de las dificultades para gestionarlas en vuelo, era útil para entrenar a los pilotos de los aviones caza en prácticas de disparos durante el vuelo.  

A pesar del gran avance conseguido en los “Aerial Target”, los primeros drones que se conocieron en el mercado, no fue hasta la década de los 90´ que se pudo avanzar realmente en este tipo de dispositivos. La dimensión y peso de los componentes electrónicos limitaban la capacidad de vuelo, además, sin existir una tecnología de GPS democratizada, hacía imposible una gestión tan eficiente como la que conocemos hoy en este tipo de aeronaves.  Parece que fue hace muchísimos años, pero no fue hasta la década del 70`que comenzó a democratizarse en el mundo militar la tecnología GPS y hasta la década del 90`que realmente ha podido utilizarse para soluciones en otras industrias, ajenas al entorno militar. Precisamente, esta democratización del uso del GPS y el altísimo nivel de precisión que se ha conseguido en la actualidad, ha sido el principal detonante para que podamos disfrutar hoy de auténticos espectáculos protagonizados por las aeronaves no tripuladas (drones) 

Además del desarrollo en el campo de la electrónica, la inteligencia artificial y las telecomunicaciones, es fundamental mantener bajo el punto de observación los innumerables avances en todo lo relacionado con la composición de nuevos materiales. 

La imperiosa necesidad de crear soluciones más responsables con el medio ambiente, sustituir elementos derivados del plástico que tienen un solo uso y otras prioridades generales de la sociedad actual, nos está llevado a conclusiones muy alentadoras, tanto en la democratización de nuevos compuestos como en su adaptación para que puedan utilizarse en la industria del prototipado, avance que es fundamental para reducir la curva de adaptación de los prototipos funcionales en productos finales listos para su comercialización. 

Concretamente, en Let´s Prototype hemos tenido acceso a resinas fotosensibles con características de resistencia a altas temperaturas, y otras especificidades que nos han permitido llegar a soluciones mecánicas, con altísimas posibilidades de transformar radicalmente algunos procedimientos asociados a la gestión de residuos con riesgo de contaminación biológica en el mundo hospitalario. Evitando con esta solución, el uso de envases plásticos de un solo uso, cuya democratización representa una cifra notoria en el listado de elementos contaminantes de esa industria. 

Cuidado. Es tan peligroso no estar al tanto de los nuevos descubrimientos y tecnologías disponibles, como aferrarnos demasiado a ellas. A los que amamos la tecnología y perseguimos los avances con tanta atención, algunos descubrimientos nos pueden resultar tan apasionantes, que el avance tecnológico en sí, se convierte en la principal motivación para desarrollar un nuevo producto. En este tipo de casos, más frecuente de lo que nos gustaría, la prioridad no es resolver un problema existente en el mercado de forma diferente y a partir de este punto construir un producto y un modelo de negocio. La prioridad en estos casos es utilizar las nuevas tecnologías, aunque carezca de sentido y existan formas más sencillas de conseguir los mismos resultados. Como hemos explicado antes, innovar por innovar no tiene demasiado sentido, la base de todo lo que hacemos, debe sustentarse en el uso y beneficios que posteriormente deben percibir nuestros clientes. 

En ocasiones, la obsesión por utilizar una tecnología concreta en un producto, puede llegar a tal nivel de peligro, que el inventor puede verse tentado a patentar o invertir tiempo y dinero en proteger la propiedad intelectual de un producto, cuya viabilidad técnica, ni económica, están demostradas.

Copiar como si no existiera infierno. Luego innovar.

Aunque no sea políticamente correcto, sí, hay que observar con mucha atención lo que sucede en el mercado. Si tienes en tus planes crear un producto innovador, que cambie las reglas del juego y tenga claras ventajas, debes conocer, como nadie, cuáles son los patrones de comparación con los que se te comparará en el mercado. 

Muchos inventores fracasan por aplicar la teoría de la “sobre ingeniería” como ventaja competitiva. La “sobre ingeniería” es el fenómeno donde los inventores y equipos técnicos, suman funcionalidades y complicaciones técnicas a los productos sin razones de mercado que la justifiquen. 

Por ejemplo, si estamos diseñando un vehículo eléctrico para repartir paquetes en el interior de los edificios, el foco de atención debe estar en la ergonomía del conductor, facilitar la interacción comunio -máquina, optimizar el peso del vehículo y su capacidad de carga. Pretender diferenciarse con funciones superfluas, como la gestión de luces en el vehículo, amortiguación, sistemas modernos antichoque y otras tecnologías, probablemente sumemos una lista de costes futuros que tendrán que pagar los clientes, sin que valoren realmente estos detalles como parte esencial. 

Más que sumar funciones y caer en el fenómeno de la sobre-ingeniería, recomendamos descafeinar los productos para agilizar la llegada de los productos innovadores al mercado. Es cierto que la innovación es clave y aporta ventaja, pero esto solo sucede cuando estamos mejorando requisitos funcionales que sí forma parte esencial de la percepción de valor por parte de los clientes. 

Para asegurarnos de contar con información útil, hay dos técnicas que suelen proporcionar muy buenos resultados: el estudio de antecedentes de las patentes relacionadas y el análisis de reseñas públicas de los competidores. La combinación de estas variables, puede marcar una hoja de ruta clave para no perder el foco sobre lo que es realmente importante. 

La primera fuente de inspiración, eres tú mismo. La mayoría de productos innovadores que desarrollamos en nuestros laboratorios, parte de necesidades que nuestros inventores enfrentan en el día a día. Estas necesidades son resueltas con métodos poco ortodoxos y en algunos casos rudimentarios, pero, hay una realidad, existen alternativas a las que no podemos dar la espalda.

Durante mucho tiempo, hemos trabajado en el desarrollo de un poste o soporte de red, útil para pistas de pádel y de tenis. El objetivo de innovación, era incorporar en estos postes, a pesar de sus geometrías reglamentarias, una máquina lanzadora de pelotas. De esta forma, los clubes que compraran este tipo de pistas, no solo rentarían sus pistas a equipos de jugadores para su tiempo de ocio, sino que podrían abrir sus puertas, y maximizar sus ventas, para jugadores independientes en tiempos de entrenamiento. 

Además de los retos por dimensiones, que seguro ya puedes imaginar, un punto crítico en la discusión, era fijar el ángulo de lanzamiento de las pelotas. Entre los fundadores, las opiniones eran variadas y lo cierto es que no podíamos seguir incrementando el nivel de complejidad del lanzapelotas, para conseguir una función de customización de ángulos según intereses de los usuarios. 

Como ejercicio, fuimos como observadores a las pistas donde los entrenadores y usuarios, realizaban prácticas con máquinas de lanzamiento automáticas. Para nuestra sorpresa, en horas de entrenamiento, las máquinas solo se situaban en un punto y con un ángulo específico. Por tanto, lejos de pensar en agregar complejidad al producto, pusimos el foco en replicar este ángulo de lanzamiento. 

Es muy habitual que los inventores, identifiquen problemas no resueltos de forma eficiente. En la mayoría de los casos, tienen mucha razón en este punto, pero, la creatividad y su naturaleza, les hace pensar en soluciones que se alejan bastante de la realidad. Este escenario tan habitual, minimiza las posibilidades de éxito de un producto.

No es posible mejorar un producto, dando la espalda a las opciones existentes, por rudimentarias que nos parezcan, como tampoco es posible, llegar a soluciones eficientes sin someternos a experiencias con los productos competidores. 

Antes de correr e invertir en una patente que no sabemos si funciona, es fundamental invertir en adquirir los productos que representan una alternativa a nuestra solución. Además, es muy interesante someterlo a experimentos prácticos con otros usuarios, distintos al inventor, ya que este suele estar muy condicionado por el amor a la idea. 

Las reseñas como fuente de inspiración

Confiamos en que la mejor herramienta de los inventores exitosos, está más relacionada con la capacidad de observar, que con la capacidad de crear. La observación y documentación de problemas existentes, es una de las principales habilidades que debe entrenar cualquier emprendedor. Así como lo lees, es una habilidad que se madura y entrena con técnicas democratizadas en el mercado.  

Hacemos una ligera distinción entre emprendedores e inventores. Por supuesto, esta distinción está más relacionada con nuestra experiencia que con algún estudio científico. 

Los perfiles emprendedores, tienen una ambición mucho más dirigida a la venta de los productos. Tiene menos apego o amor por la idea. El foco de los emprendedores es descubrir problemas no resueltos en el mercado y construir soluciones innovadoras. Mientras que, los perfiles que se autodenominan inventores, tienen menos disposición a dar continuidad a sus ideas, pretenden ser reconocidos por sus inventos, obtener patentes y rentabilizar la genialidad de la idea. 

Lamentablemente en muy pocos casos los inventores consiguen rentabilizar sus ideas por este camino. Por esta razón motivamos a los inventores a formarse como emprendedores y cambiar su visión. En los inventores que lo consiguen, hemos evidenciado un desarrollo de negocio mucho más eficiente y rentable. 

Por tanto, inventor, sí o sí, tienes que dominar técnicas de negocio y exploración de mercado, que permitan aterrizar tu idea y poner el foco de innovación en soluciones de gran impacto. El análisis de comportamientos de usuarios, manifiesto en las reseñas de los productos, es una muy buena forma de comenzar el camino. 

¿Ya tienes la idea? Si tienes la idea o identificado el problema a resolver, tienes un gran paso. Te recomiendo hacer una lista de palabras clave con las que los usuarios podrían buscar soluciones similares al producto que tienes en mente. 

Actualmente, hay herramientas muy baratas que pueden ayudarnos a identificar, los productos mejor posicionados y más vendidos dentro de amazon, según los resultados de búsquedas de estas palabras clave. En Let´s Prototype, utilizamos Helium 10. Imagina la utilidad de la información. Tendrás en minutos una lista de quiénes serán tus futuros competidores, cuántas unidades venden y en qué mercados. 

Una vez que obtengas esta información, debes poner el foco en los productos que más reseñas tengan. Puedes conformar un documento con estas reseñas, con el fin de utilizar herramientas de inteligencia artificial para el análisis. 

Utilizar herramientas gráficas te ayudará a comprender mejor el problema y cuantificar las oportunidades de innovación sobre el producto. Recomendados dibujar un mapa de funciones del producto, segmentando las fundamentales y las que son complementarias (menos importantes para vender el producto). Una vez representado el mapa de funciones, podrás señalar aquellas funciones más criticadas de forma positiva y negativa por los usuarios. Este mapa te permitirá obtener una lista de requisitos funcionales obligatorios y necesarios, ya que condicionan la posibilidad de venta del producto, así como la lista de elementos mejorables, segmentadas entre las que son vitales y las que no influyen en la decisión de compra. 

Este nuevo mapa actualizado de requisitos funcionales, debe contrastarse con una actualización del estudio de antecedentes de patentes. Debes tener en cuenta que ya no solo nos proponemos innovar para mejorar un producto existente, sino que queremos hacerlo de forma disruptiva y proteger, en un futuro, nuestras conclusiones. 

La combinación de resultados del mapa de reseñas y del estudio de antecedentes, te permitirán concluir, no sólo cómo debe ser la primera versión del producto, en cuanto a funciones innovadoras y fallos corregir, sino que te ayudará a tener una orientación clara, tomando como base las investigacione de otros inventores y empresas que han enfrentado el mismo reto.  

¡Veámoslo en un ejemplo! 

Las herramientas magnéticas de limpieza de cristales, han tenido un impacto muy notable, tanto en el mercado europeo como en Estados Unidos. Según las herramientas de análisis de venta, diariamente se venden miles de unidades en Estados Unidos. Esto demuestra que el problema que resuelven está vigente, es compartido por muchísimos usuarios, que, además, están dispuestos a pagar por la solución. 

En cambio, al analizar las reseñas de los principales vendedores, vemos que acumulan miles de quejas que dañan el prestigio de la imagen de marca de la gran mayoría. Más del 90% se queda: o del esfuerzo físico que representa desplazar el dispositivo por el cristal o de su poca capacidad de adherencia a la superficie. Esta información desvela que estas herramientas carecen de un sistema que permite customizar los niveles de adherencia según el espesor y características de los cristales donde se pretende utilizar. 

Antes de preocuparnos por la geometría, la estética resultante, el packaging, el tamaño e impacto de costes logísticos estimados, tenemos un gran reto por resolver, demostrar la viabilidad técnica de un mecanismos que permita ajustar los niveles de adherencia entre las partes de la herramienta, de forma que su uso sea viable en cualquier tipo de cristal.  

Siguiendo las recomendaciones anteriores, esta conclusión u objetivos e innovación, deberíamos seguirlo en los registros de patentes. El objetivo es identificar, y en su caso, estudiar, las alternativas que otros inventores o empresas han protegido, y qué resultados se consiguen con dichos métodos. 

La combinación de información obtenida por ambas fuentes, nos permitirá crear un plan de innovación muy definido, así como la viabilidad o no de registrar una futura patente, cuya reivindicación de innovación, sería precisamente la capacidad de customización. 

Capítulo IV: De las huellas al invento. El estudio de antecedentes.

Descargar el Capítulo IV.

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